Por Jenny Giraldo García
Jessica Orellana Ventura es fotoperiodista en El Diario de Hoy, de El Salvador. Aún es estudiante de Licenciatura en Periodismo y este año recibió el premio al primer lugar del concurso Los trabajos y los días, convocado por la Escuela Nacional Sindical. Con los retratos de cuatro cortadoras de café, se hizo acreedora a este reconocimiento en la categoría Mujeres Trabajadoras.
“Y las fotografías son un género de alquimia, por cuanto se las valora como relato transparente de la realidad”. Susan Sontag
En el diario salvadoreño en el que trabaja Jessica Orellana desde hace casi dos años, le pidieron acompañar la realización de una entrevista a un experto en café. Al terminar el trabajo, ella y la periodista a cargo del tema, fueron a una finca para documentar el proceso de la corta, conocer a las personas que llevaban a cabo esa tarea, reconocer su cotidianidad y ver cómo se beneficiaban las familias. Al conocer el proceso en los cafetales, Jessica se quedó “con la espinita” de hacer algo diferente, y tras acercarse a las historias de los cortadores, decidió concentrarse en mostrar sus rostros. Así comenzó a hacer la serie de retratos con la que fue reconocida por la Escuela Nacional Sindical en la categoría Mujeres trabajadoras, del Concurso de fotografía documental Los trabajos y los días.
¿Por qué las mujeres?
«Cuando hice la serie, eran mujeres y hombres. Pero había más empatía con las mujeres. Además, en el transcurso del día nos dimos cuenta de que una mujer era la que más cortaba café en todo el grupo, aquí los llaman quintales, y eso me pareció bien interesante. Había una madre de familia con su hijo, había mujeres mayores. La verdad es que siempre he sentido empatía con los temas de mujeres, con su empoderamiento. Por eso decidí trabajar por ese lado».
Jessica ha tenido una inclinación por fotografiar la vida y la historia de las mujeres. En El Salvador es reconocido su trabajo sobre las pin up girls, un grupo que busca mantener vigente esta cultura de los cincuenta a través de la exhibición de vestuarios y accesorios, de la música y de otros elementos propios de la estética de esa década. Las fotografías, que son en blanco y negro, destacan zapatos, lentes y peinados, y muestran la dedicación de mujeres de hoy que quieren que permanezca viva la memoria de aquellas que rompieron brechas sociales y se atrevieron a ser diferentes a los moldes que la sociedad les imponía.
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En el mismo país en el que nació y creció Jessica Orellana Ventura, también nacieron Evelyn Hernández y María Teresa Rivera, quienes fueron condenadas a 30 años de cárcel, pues El Salvador es el país latinoamericano con las penas más duras contra las mujeres que abortan, y ellas lo hicieron. La interrupción de embarazos, bien sean de alto riesgo o aquellos que son productos de violación, son penalizados con hasta 40 años de cárcel, pues en muchos casos se tipifican como homicidio agravado. Ante las injusticias que esto supone para las mujeres, especialmente para las más jóvenes y las de bajos recursos, hay un fuerte movimiento a favor de la despenalización del aborto. Así registró Jessica una de las manifestaciones, en septiembre de este año.
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Como reportera gráfica que se ha ocupado de temas tan diversos y que, en muchos casos, se ha encontrado de cerca con la oscuridad de la guerra, reconoce que en medio de las violencias que se viven en su país —uno de los más violentos de Latinoamérica—, es necesario mostrar otras imágenes y contar otras historias, las de la vida, la resistencia y la dignidad. Por eso eligió fotografiar a las trabajadoras al final de la jornada, mostrar que el cansancio de sus rostros es sinónimo de esfuerzo y vitalidad, que lo que muchos podrían ver como suciedad, es en realidad la belleza y la energía con la que ellas hacen su trabajo cada día.
Cada mujer es una historia
«La intención de los retratos era detectar a las mujeres después de la cortada del café, ver cómo terminan su día. Pero no tenía la intención de que la gente dijera ‘pobrecitas’, al contrario: quería sacar su fortaleza para salir adelante. Es un homenaje a la mujer rural, porque son mujeres que trabajan más de ocho horas diarias y si no tienen quien cuide a sus hijos, los llevan a los cafetales y desempeñan allí también el rol de madres, sin importar el cansancio que tengan.
Una de las mujeres, que se llama Lorena, es la que más recolecta café en todo el grupo. La chica que sale con el niño, una madre que todos los años y todas las temporadas, va con su hijo a la corta, ella me decía: ‘yo no puedo dejar a mi hijo en casa solo, prefiero traerlo porque acá lo tengo seguro’. Hay señoras mayores a las que los esposos las han llevado a cortar café y ahora todos los años van juntos, una señora a la que su padre le enseñó cuando estaba pequeña…»
Recordando detalles de su experiencia, Jessica cuenta: «Muchas de las personas a las que les hacía las fotos me decían: «mire, es que estoy bien sucia, mire cómo tengo el pelo», entonces esto era poder reflejar que los estereotipos que se imponen son insignificantes, que la belleza va más allá. Si logras captar ese empoderamiento, alguien puede decir: «esa soy yo y no me veo débil»». Así fue como ocurrió ese momento mágico en el que se unen el cuerpo fotografiado y el ojo de quien fotografía para hacer, entre ambos, una sola imagen que se eterniza.
Estas son las fotos de las mujeres trabajadoras por las que Jessica fue premiada:
Aide Ayala, 45 años. Lleva ocho años de trabajar en los cafetales, con la recolección de café ha sacado adelante a sus hijos.María Luisa Carranza de Oviedo, de 50 años, desde hace tres años corta café con su esposo, ellos viajan desde el cantón La Cruz, ChalchuapaNuria Lorena Mendoza, 28 años, de los que lleva 13 años cortando café, en el día logra hacer más de 25 arrobas ella sola, es de las que mas recolecta en la Finca Buenos Aires.Iris Mendoza y Neftalí Mendoza de 28 años y un año, ella lleva siete años de dedicarse a la recolección de café. A diario le toca llevar a su hijos a la corta porque no tiene con quien dejarlo.
El portal ElSalvador.com publicó la serie completa Después de la corta y se puede ver dando clic sobre este enlace.
Sobre el concurso
El concurso de fotografía documental Los trabajos y los días se realiza desde hace 23 años. Fue una iniciativa de la Escuela Nacional Sindical para “reconocer el valor de los trabajadores y trabajadoras del hemisferio y la importancia de la fotografía documental sobre el trabajo, como forma de expresión artística y de investigación sociológica”, según la presentación en su página web. La convocatoria se realiza para 30 países e invita a un ejercicio de investigación que permita que las fotografías se conviertan en documentos sobre las realidades laborales en Latinoamérica. Son cinco categorías: Niñez trabajadora, Mujer trabajadora, Hombres trabajadores, Trabajadores migrantes y Conflictos laborales; así que, a través de las mismas categorías, la ENS reconoce y delinea temas problemáticos que merecen atención y miradas particulares que proporcionen narraciones profundas y con sentido estético. Este año, el concurso llegó a 29 países y convocó a 1.741 participantes, contando con la participación de 617 mujeres. La Cooperativa Financiera Confiar ha sido aliada del concurso desde sus inicios.