Mujeres de Confiar

Paula Berrío Anaya, una madre comunitaria de toda confianza

Por 25 julio, 2019 noviembre 25th, 2019 Sin comentarios

Paula Berrío Anaya es madre comunitaria desde hace 32 años y delegada de Confiar para el municipio de Turbo desde el 2018, porque su vida, dice, es cuidar de los demás.

Paula Berrío Anaya es madre comunitaria desde hace 32 años y delegada de Confiar para el municipio de Turbo desde el 2018, porque su vida, dice, es cuidar de los demás.

Por Laura Aguilar Arias

Paula nació en el municipio de Necoclí hace 54 años y tuvo que desplazarse tres veces por la violencia en el Urabá, hasta que logró establecerse en el municipio de Turbo, donde comenzó a trabajar como madre comunitaria. En su labor, se ha ocupado no solamente por el bienestar de las y los infantes, sino también de sus familias: «Soy una enamorada, una fanática de mis niños, y en el trabajo con ellos me he ocupado también de las familias, siempre he dicho que brindamos un apoyo completo, total».

Pero como madre comunitaria también le preocupa su bienestar laboral y el de sus compañeras, y es por eso que se convirtió en la representante sindical de su sector y lideró la iniciativa para su región y ante el ICBF, para que las madres comunitarias contaran con un contrato laboral y todas las prestaciones sociales. Es así como desde el 2008 lograron comenzar a cotizar «pero en ese entonces teníamos que pagarlo nosotras mismas con unos tarjetones que nos daban, y las que no vivían aquí tenían que desplazarse hasta Turbo a pagar».

Por eso su lucha no paró ahí, junto con las demás lideresas sindicales siguieron insistiendo hasta que en el 2013 consiguieron un salario de 500 mil pesos, y en el 2014, por fin, que les pagaran un salario mínimo y las afiliaran al sistema de seguridad social pero ya como responsabilidad de su empleador, «de todas maneras no somos empleadas directamente del ICBF sino a través de unos operadores que funcionan en cada región, lo importante es que nuestras condiciones han mejorado y seguirán mejorando».

Foto en la Catedral principal de Bogotá, cuando se la tomaron durante 9 días en una huelga de hambre para protestar por el derecho de las madres comunitarias a la atención en salud.

La relación de Paula con la Cooperativa Confiar inició hace 14 años cuando la entidad llegó a promocionar sus servicios: «Nos enamoramos de la cooperativa porque en ese entonces el ICBF nos exigía unas mejoras estructurales en nuestras casas –que eran al mismo tiempo nuestros jardines infantiles– como requisito para que nos vincularan ya con contrato, y Confiar fue la única entidad que confió en nosotras a pesar de nuestros bajos ingresos y nos facilitó los préstamos, de esa manera pudimos ser contratadas». Por eso, dice, ella y sus compañeras viven muy agradecidas con la cooperativa y hacen un trabajo constante de difusión de los beneficios de ser asociadas.

A nivel más personal, a través de otro préstamo en Confiar, Paula pudo terminar de pagarle los estudios a una de sus hijas, y este año su hijo menor fue ganador de una beca para estudios universitarios y adelanta el primer semestre de Psicología en la sede de UNIMINUTO en Apartadó.

Como delegada a Paula le gustaría liderar una iniciativa para que la cooperativa llegue con un proyecto de vivienda a Turbo, donde las personas con menos recursos tengan facilidades de pago, «Veo que llegan a todas partes y comprendo que analizan el territorio y calculan la pertinencia, pero aquí lo necesitamos urgente y no voy a descansar hasta que, por lo menos, se contemple la posibilidad».

Y es probable que así sea. Esta madre de 6 hijos propios, tres mujeres y tres hombres, y de cientos de niñas y niños ajenos que han llegado a sus brazos en los 32 años como madre comunitaria, no conoce la palabra rendirse, especialmente cuando se trata de su gente.

«Primero, la agradezco mucho a la vida y a Dios que me han permitido trabajar, porque eso ha hecho que yo comprenda muchas cosas, que crea en mí, que aprenda, que me fortalezca en cuerpo y espíritu. Y también le agradezco a Confiar la confianza, muy bien el nombre lo dice, que realmente ha tenido en nosotras porque nos ha facilitado la vida. Por eso estoy muy feliz de ser Delegada Confiar».

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