Números que amplían la visión del mundo

Por Angie Palacio Sánchez

Los observatorios de género han sido claves para demostrar con cifras la inequidad entre mujeres y hombres y una gran ayuda para definir las cartas de navegación que permitan avanzar hacia un mundo más justo para todas las personas.

Los observatorios de mujeres y equidad de género tienen como propósito recopilar, ordenar, analizar, interpretar y difundir información que ponga al día sobre las brechas que existen entre ambos sexos en cuanto al acceso a sus derechos, y los avances y retrocesos en ese sentido.

En los últimos años, en Colombia han tomado fuerza los observatorios que se ocupan de investigar esas condiciones diferenciadas en las que viven las mujeres. El Observatorio de Asuntos de Mujer y Género de Antioquia, uno de los que tiene más trayectoria en el país, se ha mantenido en las últimas tres administraciones departamentales y tiene el foco puesto en el análisis de las brechas en autonomía económica, educación, salud, violencia y participación política.

El Observatorio de Mujeres y Equidad de Género de la Alcaldía de Bogotá se lanzó en 2015. Desde allí se investiga el acceso a derechos como la paz y la convivencia, a una vida libre de violencias, a la participación y representación, al trabajo en condiciones de igualdad y dignidad, a la salud, a la educación con equidad, a una cultura libre de sexismos, al hábitat y a la vivienda digna.

Un año después se creó el Observatorio Nacional, que depende de la Consejería para la Equidad de la Mujer de la Presidencia y sus investigaciones están dirigidas a hacer seguimiento a la Política pública nacional de equidad de género, al plan integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencias, a la prevención de embarazo en la adolescencia y a las mujeres víctimas del conflicto.

Estas estrategias de gestión de la información y del conocimiento desde la comprensión de la problemática de las mujeres en determinado territorio, permiten trascender los casos que se ven diariamente en medios de comunicación, para entender los problemas sistemáticos y generalizados de manera que se puedan tomar mejores decisiones con miras al desarrollo y el bienestar de las mujeres.

Es el caso del Observatorio de Género de la Universidad de Nariño, que ha permitido alertar al departamento sobre los municipios donde persiste la violencia sexual, sicológica y física contra las mujeres: Ipiales, Tumaco, Barbacoas, Pasto, Buesaco, Túquerres, Samaniego, Policarpa y Los Andes. Sus estudios identificaron que la violación de los derechos de las mujeres ha sido sistemática durante los últimos 20 años y, a partir de eso, la Administración departamental definió cuatro frentes de trabajo: el fortalecimiento de las rutas de atención a las víctimas en los 64 municipios, albergues de acogida para mujeres víctimas de la violencia basada en género en Pasto y Tumaco, el fortalecimiento del observatorio y el fortalecimiento de las comisarías de familia.

¿Para qué un observatorio de género?

El género, como categoría de análisis, permite entender el sistema de organización de la sociedad en materia política, económica, cultural y social, que le otorga privilegios a los hombres y desventajas a las mujeres frente al acceso, la participación y el control de recursos, servicios y oportunidades. Esas son las llamadas brechas de género. Para superarlas es necesario, primero, mirar con un filtro diferente: el enfoque de género, es decir, observar cada situación desde una perspectiva que parte de reconocer las diferencias en la construcción cultural que se hace alrededor del sexo.

Un observatorio de mujeres se aproxima a la realidad con ese enfoque para identificar las brechas y servir, después, como insumo para poner en marcha medidas especiales y temporales que buscan favorecer grupos humanos que han sido históricamente excluidos. Según la Corte Constitucional, Colombia debe establecer este tipo de medidas, llamadas acciones afirmativas, para que la igualdad entre ambos sexos sea “real y efectiva”.

Las acciones afirmativas están encaminadas al fortalecimiento de las mujeres para que incrementen el acceso a los mecanismos de poder y la capacidad para buscar su desarrollo propio, el de su entorno inmediato y el de su comunidad en términos económicos, sociales y políticos.

Sensibilidad y contabilidad

Al Primer Encuentro Nacional de Observatorios de Género y Derechos Humanos, que tuvo lugar en Medellín los días 3 y 4 de agosto, asistieron delegaciones de diferentes ciudades del país, que se encontraron para pensar el enfoque de género y de derechos humanos desde la investigación y para poner en común herramientas conceptuales y metodológicas para fortalecerse.

Nora Echeverri, la anfitriona del encuentro, lleva 4 años al frente del Observatorio de Género de Antioquia. Es profesional en Sistemas de información y especialista en Gerencia de servicios sociales. Para ella, este proyecto es “un sueño que nunca termina”, porque siempre hay más por hacer. Ella es la encargada de contarle al departamento cuáles son los avances, los cambios, las tendencias, la realidad de las mujeres en este territorio.

“Los derechos de las mujeres exigen sensibilidad y contabilidad desde la institucionalidad”, dijo durante el encuentro Socorro Corrales, asesora de la corporación de mujeres ecofeminista, Comunitar. Y esa justamente es la labor de Nora: “Visibilizar las brechas y la inequidad a través de las cifras. Los observatorios, entre muchas otras estrategias de la investigación cualitativa y cuantitativa, han ayudado a que actualmente le demos la importancia que le damos a los temas de mujeres”.

Nora contó sobre la situación de las mujeres en el departamento y sobre el reto para los observatorios: conformar una red nacional.