Cultura

Mujeres desbloqueando niveles

Por 11 septiembre, 2020 septiembre 15th, 2020 Sin comentarios

Foto: Unplash

El 12 de septiembre se conmemora el Día del Programador y las Programadoras. ¿Qué lugar han tenido las mujeres en esta profesión? ¿Qué rasgos de la desigualdad de género encontramos allí? 

Por York Esteban Varela Zapata

La programación es la matemática detrás de toda esa tecnología que usamos a diario, y la percepción general que se tiene sobre el trabajo científico y tecnológico ha puesto a las mujeres en un lugar lejano al desarrollo digital. Esta idea nos la han justificado desde pequeños, sin embargo, sabemos que no existen diferencias para el aprendizaje, que tenemos la capacidad de aprender y entender por igual.

Si bien es cierto que actualmente las organizaciones procuran que más mujeres trabajen en entornos laborales relacionados con la virtualidad y el mundo digital, ¿por qué hay pocas mujeres trabajando en programación? Hemos encontrado varias respuestas a esta pregunta. Una de ellas tiene que ver con los estereotipos culturales que se imponen en nuestros lugares de trabajo; los jefes de las empresas tienen en sus cabezas que las mujeres no cuentan con la inteligencia para introducir estrategias informáticas en un computador y mucho menos la tienen para crear nuevos proyectos. Saben de números, sí, pero no sabrían cómo poner la mira y disparar en un videojuego de acción.

De allí se despliegan otras razones. Por ejemplo, que muchas mujeres no encuentran una buena oferta laboral en este tipo de empresas, entonces deciden no estudiar carreras universitarias que tengan que ver con este universo. Y, como en casi todos los demás saberes, el trabajo doméstico y la recarga que tienen las mujeres con el cuidado de sus hogares también acentúa esa brecha. 

Pero esto no siempre ha sido así. En la década de 1970, tres de cada cuatros estudiantes de carreras informáticas eran mujeres. Además, muchas de las personas pioneras en la tecnología eran mujeres, como Ada Lovelace, Grace Murray Hopper, Margaret Hamilton, Betty Holberton, Frances Allen, entre otras. En la década de 1990, la investigadora Jane Margolis entrevistó a cientos de estudiantes de Ciencias de la Computación de la Universidad Carnegie Mellon y descubrió que era mucho más probable que las familias compraran computadoras para los hombres que para las mujeres. Además, su participación también fue disminuyendo debido a la llegada de los videojuegos y a una cultura sexista que empezó a alejarlas del entretenimiento y la creación tecnológica.

Según cifras del DANE, en Colombia el 36.7% de las mujeres que van a instituciones de educación superior se han graduado en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, pero en las empresas sólo 3 de cada 10 trabajadores de estas áreas son mujeres. Además, la brecha salarial sigue siendo un factor evidente, pues los hombres tienen un salario por encima del 40% en comparación al de las mujeres en estos trabajos. Ellas deben aumentar sus estudios y mejorar su currículo para buscar un salario decente y no ha sido suficiente.

Alejandra y Daniela: hackeando estereotipos

Alejandra Arango, una amante de las matemáticas que se ha dedicado a crear páginas web, aplicaciones, videojuegos y algoritmos nos habló de su experiencia: «Siempre me gustaron mucho las matemáticas y sentía que debían servir para algo. Que no eran el típico chiste de que sólo sirven para ganar el parcial. La forma que encontré para que realmente fueran aplicadas fue a través de la programación».

Desde su perspectiva, la ausencia de mujeres en el mundo de la programación se debe, principalmente, a asuntos culturales: «Los computadores de juguete, los robots y todos los carros (los juguetes divertidos), siempre fueron ‘juguetes de niños’. Nos enseñan desde pequeñas a ser mamás y a cocinar jugando a las muñecas y a los niños les corresponde la ciencia, la ingeniería y los computadores».

El juego y la manera en que se supone que debemos practicarlo según nuestro género tiene consecuencias sobre aspectos fundamentales de nuestras vidas. Las jugueterías crean y dividen sus artículos para niño o niña, y además han hecho toda una construcción cultural a partir de esto; en los carteles publicitarios las niñas siempre están con bebés y cocinas mientras que los niños tienen tubos de ensayo, carros y juguetes de acción. Y aunque todavía es mucho lo que nos falta, estas representaciones están empezando, poco a poco, a cambiar.

Daniela Arbeláez es artista y asociada de la Cooperativa Confiar; además, ha trabajado como programadora en el Colectivo Morada y en la Emisora Morada Estéreo. Para ella, una de las razones por las que no hay muchas mujeres en este sector es que la informática las ha invisibilizado: «la programación ha sido considerada una profesión de avanzada, innovación, invención, por lo tanto los hombres buscan acapararla y las mujeres quedamos afuera, pero nosotras queremos participar de la invención». Sin embargo, a pesar de ese deseo que expresa Daniela de participar activamente del mundo de la informática y la programación, es tremendamente difícil acceder. «Pero gracias al feminismo hemos ido ganando espacios».

Las mujeres sí están interesadas

Las mujeres sí están interesadas en programar, por eso existen diferentes proyectos que fomentan su participación en empresas informáticas en Latinoamérica. El Foro Económico Mundial publicó en su reporte “The Future of Jobs”, en 2018, que entre 2018 y 2022 el mercado estará dominado por cuatro avances tecnológicos: el Big Data, el uso generalizado de internet de alta velocidad, la inteligencia artificial y la nube. Esto hará que aumente la demanda en estudios tecnológicos y las mujeres seguramente estarán presentes para seguir reconociéndose dentro de estas prácticas.

A través de cambios culturales que comienzan desde los escenarios educativos y familiares, podremos ir desapareciendo la desigualdad de género, acabar con los estereotipos que buscan encerrarnos en un solo lugar y eliminar las brechas en el campo de la tecnología. Desde pequeñas muchas niñas son buenas para las matemáticas y la informática, es necesario seguir fomentando sus habilidades y exigir a las empresas para que le apuesten a  contratar hombres y mujeres de manera igualitaria y con los mismos salarios, esto para la construcción de un mercado laboral más justo. 

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