Publicista de profesión, productora por talento y puertas abiertas en la vida, y hoy codirectora del Bazar de la Confianza. Es quien se encarga de escuchar y aterrizar las ideas que sueña con otros y otras. Desde el 2016 lo hace en Confiar.
Paola Selene es su nombre de pila, pero a los 16 años, su profesor de la Red de Escuela de Música, cuando ella estudiaba violín, la nombró Luna, por Selene, que es la personificación de la luna en la mitología griega. Desde entonces decide existir como Luna.
Es de Aranjuez, creció al lado de mujeres: dos hermanas y una madre que las sacó adelante con confecciones. Desde su adolescencia se destacó como una mujer curiosa y activa. Encontró en la biblioteca comunitaria un espacio para “tomar el algo” pero también para formarse en lo cultural y lo social.
A los 19 años su familia salió hacia Envigado, por las extorsiones que sufrió su madre por parte de las bandas delincuenciales.
En el municipio vecino de la capital Antioqueña, hogar de Débora Arango y Fernando González, se encontró con amigos con quienes hizo parte de “La nave de los locos”, un “parche” cultural, con café, cine y exposiciones que fue el sitio para la tertulia, la poesía, la música, el arte, los amores y la amistad.Estudió publicidad y al lado de Luis Miguel Rivas, escritor, guionista y realizador audiovisual, inició en el mundo de la producción audiovisual. Fue productora en Caracol Televisión y en Teleantioquia, y aunque valora la experiencia, no era su lugar.
Luna quería ser y crecer en la escena cultural, así llegó a producir eventos de ciudad en la Secretaría de Cultura de Medellín con la Corporación Otraparte y luego en Confiar, donde llegó a hacer la conquista de otro mundo posible, a través del Bazar de la Confianza.
Una mujer dulce y cuidadora que se ha destacado en un sector cultural en medio de hombres. En Confiar se ha preguntado por el ser mujer y se acercó al feminismo. Hoy se encuentra realizando un posgrado en Gerencia de empresas locales para el desarrollo social con el objetivo de seguir aportando al fortalecimiento de las iniciativas culturales de la ciudad.
“He aprendido qué es lo social, lo cultural, los otros y las otras. He aprendido que es posible trabajar por proyectos que busquen justicia social en el sentido de la redistribución económica, la colectividad para lograr objetivos, que no es fácil”.
La producción del Bazar de la Confianza está en la cabeza y las manos, en su mayoría, de mujeres como Luna. Mujeres que son de confiar.
