Economía

¡Llevamos seis primas!

Por 2 julio, 2019 octubre 18th, 2019 Sin comentarios

Hace tres años fue aprobada en Colombia la prima salarial para las trabajadoras domésticas. Claribed Palacios García de la Unión de trabajadoras afrocolombianas del trabajo doméstico, UTRASD, fue una de las impulsoras de esta iniciativa, por ello rescatamos un texto que escribió en el marco de esa decisión que hoy beneficia a las mujeres y hombres que se dedican a esta actividad.

Columnista invitada: Claribed Palacios García.

Pensaba en cada palabra que me va a ayudar a engrosar este texto, me llena de una emoción gigante, toda mi vida he escrito pero para mí, es la primera vez que un público diferente a mis profesores de colegio se enterarán de algo dicho por mi, que Colombia entera se de cuenta que hago parte de un sindicato de trabajadoras domésticas UTRASD, las apuestas de esta organización me han acercado a la libertad que durante años he buscado como mujer negra trabajadora, el oficio doméstico ha sido el trabajo que más he desempeñado a lo largo de mi vida, pero también ha sido la labor que más lágrimas me ha sacado y se preguntarán ¿por qué?

En un país como el nuestro, donde se practican con tanta espontaneidad todas las formas de discriminación, no podía quedarme por fuera de estas prácticas miserables que tanto daño han hecho a las mujeres trabajadoras domésticas y aún más a las mal llamadas «de color».

Sin embargo, mujeres como nosotras hemos logrado algo impensable en el pasado: una prima para las personas que ejercen el trabajo doméstico, tal y como la obtienen las personas en el resto de empleos. Aquí narraré mis sentires en el día que cambió la historia para nosotras y para el país entero, debido al reconocimiento de derechos para las empleadas del hogar:

¿A qué me trajeron de Medellín?, a este Congreso donde ningún senador escucha al otro, uno habla, todos sabotean y yo ahí sentada como un ser inerte. No digo nada, no es la hora, todavía no se debate el proyecto. María no habla, las senadoras van y vienen tratando de que se agilice un poco. Nada es posible. Mi teléfono se daña, me siento incomunicada lejos de casa y sin encontrarle sentido a nada; me trasnoché, me expuse a una noche fría bogotana para llegar bien temprano al siguiente día y ¿qué pasa? Ilusionada con la fe y la frente en alto, con la esperanza que hoy sí será posible que se apruebe la tan anhelada ley de prima.

¡Oh qué sorpresa!, vamos entrando a destiempo, me encuentro que el policía que está de turno dice que no estoy agendada, me siento impotente, con mucha rabia, acabo de ver que toda la ilusión se me convirtió en rabia, venir desde tan lejos, dejar mis hijos, mis obligaciones sólo para quedarme afuera mendigando la atención de la persona encargada de ingresar mi número al sistema.

¡Qué mala organización!, siento que vine a un gasto innecesario, que vine a un lugar donde no tengo ni voz, no voto. ¡Ya entré!, pero sigo con el mismo sin sabor que te da cuando te sientes impotente, a veces tus ganas de algo no son superiores a tu orgullo, y sí, lo admito, ¡soy muy soberbia! no me gusta sentir que hago parte del montón, que soy un bulto más; no se trata de pedir disculpas, de hecho no las necesito, esto no me va a hacer sentir mejor, con menos rabia de la que tengo con los políticos corruptos e insensibles de este país. Unos con mucho a costa de los pendejos que no tenemos nada, porque ellos se lo llevan todo.

Escándalo va, escándalo viene y no se dice nada, y yo aquí sí, con mucha rabia y tal vez no se me quite ahora, lo mejor es que de pronto entre tanto escándalo, escucho por allá un grito de júbilo, porque se dió aprobada la prima salarial para las empleadas domésticas, ¿será que con este grito se revertirá mi rabia en alegría?, esperemos a ver.

Pero sigue la misma incertidumbre y esta hijodemadre rabia que siento. Una vez más entra María Roa al recinto con la esperanza que esta vez sí se haga realidad su intervención… dos, tres, cinco minutos y nada, y nuevamente Flora dice, qué pasó Clari, no veo a Roa y a la doctora.

Estamos ahí sentadas ansiosas mirando todo, esperando a ver qué es lo que va a pasar… Sí, por fin hubo una tranquilidad inusual en el Congreso, y escuché que Viviana susurró: «Sí Clari, se aprobó la ley de prima». No lo podía creer, por fin después de tanta espera, se hizo realidad este sueño de tantas mujeres colombianas. Ahora si era la parte chévere, entrevistas van y vienen, radio, prensa y televisión, todas felices con una sonrisa que no demostraba lo cansadas que estábamos.

Seguiremos luchando para que la igualdad sea imparable, compromiso de subsidio por compensación del empleador, pues hoy, tres años después y luego de seis primas, sabemos que aún hay retos para que muchas personas hagan uso de este instrumento de igualdad laboral para las trabajadoras domésticas frente a los demás trabajos de Colombia.

Claribed Palacios García es la presidenta de la Unión de trabajadoras afrocolombianas del trabajo doméstico, UTRASD. Es oriunda del departamento del Chocó, reside en la ciudad de Medellín desde los 16 años cuando empezó a emplearse como trabajadora doméstica, a partir del año 2003. Estudió una Técnica en Mercadeo y Ventas en el año 2013. No obstante, la actividad laboral en la que más se ha desempeñado es en el trabajo doméstico por días y como interna.  Actualmente realiza la Licenciatura en Ednoeducación que ofrece la Universidad Pontificia Bolivariana en alianza con el Instituto Misionero de Antropología.

En 2016 participó en el último debate del proyecto del Congreso de la República de Colombia, que estableció la Ley 1788 que garantiza el derecho prestacional de prima a las trabajadoras domésticas, destacándose como una de las líderes que representa a este gremio en el país.
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