Por Susana Rodríguez Velásquez
Moderadora del Club de Lectura
Hace algunos meses lanzamos una invitación con esta pregunta: ¿cuáles voces conforman el universo literario de una persona? Lo hicimos con la intención de que fuera el punto de partida para la conversación, la reflexión y el encuentro, en torno a la lectura de libros escritos por mujeres en el Club de lectura Aurita López, una actividad que también tuvo la intención de seguir habitando la Agencia Cultural de Confiar en Laureles.
Además de darle vida a la Agencia, el Club de lectura es un homenaje a Aurita López, a quien hemos evocado en los encuentros a través de sus letras escritas entre 1979 y 1987, mientras fue columnista en El Mundo y El Colombiano, y que en Confiar compilamos en la publicación Mujer y Tiempo.
Las personas que han asistido y que ya se van convirtiendo en grupo, en club, atendieron a este llamado por diferentes motivos, como el interés por la lectura en general, en los espacios de conversación en torno a los libros o la curiosidad de acercarse a la escritura de las mujeres. Confirmando la hipótesis que hemos tenido en este espacio, al encontrarse con la pregunta de cuántas mujeres han leído, muchas personas descubren que han sido muchas menos en comparación con los hombres.
Tanto la pregunta por los universos literarios, como por la cantidad de autoras leídas, han sido sutiles acercamientos o apenas el abrebocas a un mundo más amplio y complejo, es decir, estas cuestiones no pretenden encasillar la escritura o enmarcar los temas por género, todo lo contrario, buscan generar nuevas inquietudes y puntos de vista en torno a la literatura y a lo que emerge de ella, desde una perspectiva que nos permita comprender, o al menos problematizar, diferentes aspectos sociales y culturales con sus transformaciones, pues aunque hemos avanzado en términos de desigualdades de género, no podemos desconocer que siguen existiendo brechas materiales y simbólicas que es necesario seguir discutiendo.
La presencia de las mujeres en la industria editorial, el papel de la mujer en la sociedad, la asignación y transformación de los roles a partir del género, las representaciones de la maternidad, las labores de cuidado en la cotidianidad, la construcción de vínculos familiares y una infinidad de temas más surgen en la literatura. Estos son algunos de los que hemos abordado en los tres encuentros que llevamos y en torno a los cuales hemos articulado las conversaciones, no porque sean “temas de mujeres”, sino porque son los que las mujeres que hemos leído hasta ahora, han puesto sobre la mesa a través de sus libros.
Respecto a la etiqueta “de mujeres”, ya lo decía Aurita López refiriéndose a una columna escrita en un periódico en el que se usaba esta expresión para minimizar un tema relacionado con mujeres: “Es bueno tener en cuenta, además, que no son estas simples cosas de mujeres, sino que al afectar a más de la mitad de la población mundial, forman parte de desequilibrios sociales y políticos que la humanidad tendrá que resolver un día para lograr una convivencia armónica”. Lo traemos a colación precisamente para reiterar que abordamos estas temáticas con el interés de debatir, de compartir puntos de vista y de enriquecer la discusión con quienes quieran hacerlo en este espacio que vamos construyendo en cada encuentro.
Hasta ahora hemos leído la novela Esta herida llena de peces, de Lorena Salazar Masso, los cuentos del libro Malas posturas, de Lina María Parra Ochoa, y Qué hacer con estos pedazos, de Piedad Bonnett. Las primeras, escritoras jóvenes colombianas que apenas se debutan en el mundo literario nacional; la tercera, una escritora de larga trayectoria en la poesía y la novela. Y todas ellas nos han abierto un mundo de posibilidades para la conversación: la maternidad, las relaciones interculturales, el conflicto armado, las pérdidas, la construcción de vínculos afectivos, el abandono estatal y las desigualdades, el cuerpo, el dolor, la muerte, la vejez, las relaciones familiares y los esquemas tradicionales en la educación, entre otros.
Cada conversación en el Club de lectura permite sumar a ese tejido de voces que nos muestra la literatura, las historias de vida de quienes asisten, ampliando las perspectivas y abriendo nuevos puntos de vista, a los que sumamos la voz lúcida y crítica de Aurita López como una especie de columna vertebral en torno a la cual vamos articulando el debate.
Una invitación permanente
Si bien, poco a poco, se va conformando un grupo constante que se empieza a hacer entrañable, cada encuentro es una nueva oportunidad de sumarse al Club, pues cada mes tenemos un libro distinto, así que la conversación siempre puede volver a empezar. Entre los textos que aún nos faltan, están: Animales de fin del mundo (Gloria Susana Esquivel), Los abismos (Pilar Quintana), Aves migratorias (Mariana Oliver) y El movimiento de la crisálida (Catalina Navas).
¡Y tal es la emoción que ya estamos pensando en lo que vamos a leer el próximo año!