DOCUMENTAL TILA URIBE

Entrevista sobre la vejez

Por 9 mayo, 2017 octubre 20th, 2019 Sin comentarios

María Tila Uribe con sus hermanos

Entrevista a María Tila Uribe realizada para el Periódico Asuntos Mayores y escrita por Héctor Tabares.

«Quiero conocer a Colombia en paz, no me quiero morir dejando a Colombia como la he vivido desde que me conozco ”

Esta bogotana es la madre de Mauricio, Esperanza, María del Pilar y Francisco, y esposa de Francisco Trujillo. Es hija del líder del Partido Socialista Revolucionario, Tomás Uribe Márquez, quien apoyó la huelga de los bananeros de 1928.   Educadora de formación, ´Tila´ durante muchos años ha animado procesos de organización popular con obreros y campesinos, y desde los años 90 trabaja por una visibilidad de los desafíos que entraña el proceso de envejecimiento en Colombia. En estos menesteres la encaminó su reconocida labor por la defensa de los derechos humanos, dado que estaba encauzada en la alfabetización de adultos.
María Tila participó en el Viceministerio de Educación de Adultos en la Nicaragua Sandinista (1982-1985). Ha escrito cartillas sobre educación de adultos y guías para maestros populares, algunas de ellas a manos con su hija Esperanza. En Europa, en desarrollo de una beca de estudios, profundizó de manera crítica la labor de la Unesco en materia de educación popular de mayores y en los programas de alfabetización para inmigrantes africanos y asiáticos.
Desde el Centro de Estudios e Investigaciones del Trabajo –Cestra- ha contribuido al fortalecimiento de organizaciones comunitarias con mujeres, jóvenes y personas mayores. En diferentes publicaciones ella abarca temas sociales, educativos y asuntos relacionados con la mujer. Con su esposo Francisco Trujillo es autora de “Desde Adentro”, editado en francés en 1990 bajo el título “La Colombie derrière les barreaux”. En 1989, junto con otras escritoras latinoamericanas en el exilio, compartió las páginas del libro “You can´t drown the fire”. En uno de sus últimos libros, «Los años escondidos – Sueños y rebeldías en la década del veinte”, publicado en 1994 y reeditado luego, María Tila Uribe reconstruye una gran época del movimiento popular en Colombia, a partir de su vivencia personal.
Esta extraordinaria mujer ha merecido varias menciones por su labor en defensa de los Derechos Humanos. Fue nominada al proyecto “1.000 mujeres y un premio Nobel de Paz 2005”. Recibió la distinción “Paulo Freire” otorgado por la UNAD.    Hoy continúa trabajando, sin descanso, asesorando organizaciones relacionadas con la población mayor por todo Colombia y América:

Asuntos mayores (AM.ORG): ¿CUÁL ES LA REALIDAD DE SER VIEJO EN COLOMBIA?

MTU: Hay muchas realidades, la más generalizada es quizás la caracterización de la pobreza para las personas que van envejeciendo o que envejecen. Primero porque usted bien sabe que 4 millones y medio somos personas mayores de 60 años; aunque se dice que somos el 10.4 por ciento, podemos ser más.

En Colombia hay 22 millones de trabajadores, de los cuales 7.7 millones cotizan o ahorran activamente en el Sistema General de Pensiones, pero de ellos solamente 1.6 millones recibirán una pensión al momento de su retiro. El 90 por ciento se queda en el camino porque no ha ahorrado lo suficiente o no ha trabajado lo suficiente. Hoy día más de 7 millones de trabajadores no cuentan con protección para la vejez porque son informales o porque no cumplen los requisitos de pensión.

Solo en el sector rural hay como un 20 por ciento pensionados y en la ciudad quizás un 15 por ciento, entonces es muy grande esa otra franja de gente no pensionada. Y mire, aquí hay una cosa bien interesante en su pregunta: las mujeres. Sucede que las mujeres de mi generación veníamos todavía con la mentalidad de atrás: la mujer no devengaba aunque sí trabajaba todos los días.

Con mi generación llegamos al mercado del trabajo muy tarde, de una parte, y de otra parte nunca nadie nos habló ni de ahorro ni de pensionarnos, entonces la inmensa mayoría de mujeres de los 70 años hacia arriba no tenemos pensión en Colombia y a mí me duele, al tiempo en que hay un país en América Latina como Chile y Argentina, donde a las mujeres se les reconoce sus hijos, inclusive los partos que tuvieron, y aquí no. Entonces hay una caracterización de pobreza muy fuerte en Colombia.

AM.ORG: ¿ES DURO ENTONCES SER VIEJO EN COLOMBIA?

MTU: Sí, para la mayoría de la gente, por dos motivos: uno, la parte digamos económica de la cual ya hablamos, y otro: todas esas taras con las que llegamos hasta aquí en la sociedad de ver al viejo como el inepto, como el que no entiende, no produce en términos económicos, el enfermo, el estorbo. Es decir, la visión que se tiene de la vejez es dura, aunque algo, algo ha cambiado pero se necesita que cambie 180 grados más porque la idea de la vejez es triste, muy triste en nuestro país.

AM.ORG: ¿QUÉ TANTA RESPONSABILIDAD LES CABEN AL SISTEMA Y A LA PERSONA MISMA SU CONDICIÒN DE ANCIANO TAL COMO USTED LA DESCRIBE EN COLOMBIA?

MTU: De una parte, veo en esta política del Neoliberalismo una serie de situaciones que afectan mucho a mucha gente, entre ellas a la población vieja. La filosofía del Neoliberalismo es que “el que no produce no sirve”. Imagínese, si se piensa que el hombre o la mujer vieja que no producen no sirven, entonces es terrible. Es fatal la situación del viejo desde la mirada del Neoliberalismo.

De otra parte, entre las personas mayores también existe el auto marginamiento. Mire, yo he oído personas que dicen: “yo no sirvo para nada” y me parece terrible, y fueron personas que en su momento desempeñaron un papel importante en su vida.

Digamos, no tienen autoestima, se auto convencen de que no sirven; y esa mirada que se tiene en la sociedad sobre una vejez inútil no solo se da en una persona joven, también se da en los mayores.

AM.ORG: ¿HABRÁ ALGUNA DIFERENCIA ENTRE UNA MUJER COMO USTED, INTELECTUAL, BASTANTE ILUSTRADA, COMPROMETIDA CON LOS ASUNTOS DE LA MUJER EN LA VEJEZ Y UNA MUJER DEL COMÚN DE LOS MORTALES?

MTU: Sí hay muchas diferencias y muy variadas: una es que cuando no hay oportunidades para todos y todas, eso afecta mucho a las personas porque se siente mal quien no encontró la oportunidad o a lo mejor no la buscó tampoco. Y aquí debo aclararle una cosa: yo no fui a la universidad, voy ahora cuando me invitan estudiantes y profesores a hablar de algunas cosas, en una charla o conferencia. Mi generación, a mediados del siglo veinte, veníamos con unas ataduras terribles y la perspectiva era únicamente casarse, criar niños y atender al marido, y yo soy de esa generación. A uno le decían: “para qué estudia”. Afortunadamente a mediados de mismo siglo ya estaba permitido que una mujer fuera a la universidad; pero ese fue un proceso demasiado largo, de años.

He conocido mujeres que alcanzaron a llegar a la universidad pero que debieron retirarse porque era terrible, no podían resistir la presión de profesores y compañeros de clase, porque eso era raro para cualquier mujer colombiana común y corriente. Otras, porque debían dedicarse a las tareas del hogar. Yo tuve que convertirme en una autodidacta porque ¿qué más hacía?

AM.ORG: ¿QUIÉN ES MARÍA TILA URIBE?

MTU: Básicamente me considero una educadora que además se educa con la gente, porque he vivido y vivo para eso. Creo que soy una expresión clásica de la mujer colombiana de mi edad, no me veo distinta a muchísimas mujeres. Me veo sí con un poco más de deseos de aprender, de ayudar. Y creo que ese deseo de ayudar a mi país, de solidarizarme, el deseo de ayudar a mi gente ha sido muy grande en mí, entre otras cosas porque pasé muchos años fuera de Colombia –en Europa, básicamente en Paris- y conocí muchas ciudades. Estuve en Centroamérica, en Nicaragua, dado que yo estudiaba para ser maestra, un deseo que nunca se me ha Entonces, yo sé lo que es estar fuera de su tierra y de su gente, y cuando regreso, sobre todo a partir de los años 70, es cuando se empieza a hablar de derechos de la mujer. También el hecho de salir, el hecho de alternar con otras gentes. Pero sin duda hubo muchos cambios. Las mujeres jóvenes se ríen cuando les digo “no todo tiempo pasado fue mejor”. Ese machismo, ese patriarcado tan bravo que soportamos, azotó mucha gente.

Pienso que nuestro país, como todos los países de América Latina, se dio el lujo de desperdiciar el talento de muchas mujeres por siglos y ahora se está dando el lujo de desperdiciar el talento de la gente vieja y yo me he hallado en ambas situaciones.

Conocí mujeres que verdaderamente eran promesas, inteligentes, con ideas, pero da lástima ver tanta gente vieja que pasa por mi lado igual, que podría dar cantidad de ideas por su experiencia, su conocimiento y con ganas de transmitir valores y sabiduría, totalmente desperdiciados. Fíjese, han sido dos momentos en la vida del país de desperdicio de talento, dándose ese gusto Colombia un país tan pobre y tan necesitado. Eso es importante para tener en cuenta, que al hombre y a la mujer vieja se nos mire no como muebles sino como personas que pensamos y queremos.

AM.ORG: ¿CÓMO PERCIBE EL FUTURO DE LA VEJEZ EN EL MUNDO?

MTU: Hace poco tuve en mis manos un libro de un científico japonés, cuyo tema es precisamente ese: el futuro de la vejez en el mundo. Un libro muy interesante «La física del futuro», autor: Michio Taku. Cada página es tan extraordinaria, contando y mostrando la vida humana a 50, a 100 y a 500 años. Como el libro no es ficción ni de leyenda, muestra una preocupación permanente de ese hombre. En cada página se queda uno aterrado. Muestra él cómo con estas posibilidades de trasplantes de riñones, hígado, corazón, en las personas las características físicas de la vejez se acabarán paulatinamente: las arrugas, el pelo blanco, la caída de la piel. Por tanto, se tendrán más años aunque la cara seguirá siendo de una persona de mediana edad.

Imagínese esa transformación tan increíble. Ya se habla de lo que será capaz. Se estima que hoy día, a comienzos del siglo XXI, solamente aprovechamos el 15% por ciento de la capacidad del cerebro. Llegará el momento en que con la mente se va a Bien, eso desde la ciencia. Ahora sobre cómo veo el futuro de la vejez: creo que como la medicina y la ciencia avanzan tanto, indudablemente se llegarán a tener muchísimos más años sin las características físicas de la vejez hoy. Antes, cuando se hablaba de una persona de 60 años al lado de otras personas, se la consideraba anciana. Con el tiempo no solo se hablará de la tercera edad, sino de la cuarta y de la quinta; por ejemplo una persona cercana a los 100 años, con más capacidades obviamente porque el mundo avanza.

Los medios de comunicación nos hacen dejar de ser viejos. La comunicación hoy es un punto muy clave en este asunto de la vejez, porque antes se ignoraban tantas cosas y hoy tenemos a la mano de manera inmediata lo que uno quiera saber, aprender, profundizar, conocer otras sociedades, otras formas de vida, otras ciudades, otras maneras de las que a lo mejor hay mucho que aprenderles. O quizás ver otros problemas que quizás en estos momentos no percibimos, porque a veces hay retrocesos en la humanidad como que damos dos pasos hacia adelante y un paso El mundo avanza para mejorar, no creo que el mundo vaya desmejorando, cada día en todos los sentidos se forja un mejor mundo. Claro habrá fanáticos, guerras, pues nada se acaba así de un momento para otro.

Hacia un futuro, es importante tomar en cuenta el papel que tenemos la gente vieja. Hoy, sobre todo las mujeres, tenemos un rol que antes no teníamos, así lo siento, lo veo, lo hablo diariamente: es como si las mujeres nos descubriéramos. De hecho nos hemos descubierto, hemos mostrado que podemos llegar a hacer y dominar infinidad.

En los ambientes populares, en los barrios, donde yo he trabajado mucho con la gente, veo que las mujeres desde la mediana edad hacia adelante ya son actoras sociales, están metidas en todo pensando en que a las calles hay que arreglarlas, en que a los chicos hay que mandarlos a la escuela, en que hay que mejorar tal o cual cosa, reunirse, organizarse; eso antes no se veía, la organización era de gremios. Hoy no, hay una organización ciudadana donde tenemos la posibilidad de hacer muchas cosas. Bueno, apoyándonos en la Carta Magna lo que hay es que ponerla a andar. (En la foto, al fondo, María Tila Uribe preside en Bogotá reunión con dirigentes del sector gerontológico nacional).

Yo he trabajado mucho en sectores populares y con sectores con los que es muy duro trabajar como la gente desplazada. Trabajé los últimos tres años, hasta mediados de 2012 en Soacha en el Sur Occidente de Bogotá, con grupos con muchísima más cantidad de mujeres que de hombres. Le doy una proporción: citábamos grupos para hacer labor educativa en derechos humanos y de 30 personas llegaban 25 mujeres y 5 hombres, esto es, 83% mujeres y el resto hombres. Eso nos está mostrando una realidad inmensa, es decir, las mujeres por fin entendimos que tenemos un gran papel en la sociedad, que no solamente era permanecer entre las cuatro paredes de una casa y eso lo están entendiendo las mujeres de cualquier estrato, pero más en los sectores medios y populares.

AM.ORG: ¿CÓMO FUE ESE ENCUENTRO SUYO CON LA VEJEZ?

MTU: Por la mente mía no me pasaba que me iba a envejecer, pero tuve una fortuna y es que ese darme cuenta de que me estaba haciendo vieja me llegó en compañía de mi marido Francisco. Nosotros tenemos más de 60 años de matrimonio y con mi marido y la ayuda de nuestros hijos estábamos trabajando con sectores populares en el plano de la educación de adultos; como formamos parte de una fundación, a mí me correspondió la alfabetización de adultos, entonces teníamos un trabajo en común con mi esposo y con otros compañeros.

Corrían los años 90 y un buen día una británica nos contactó, porque sabía que nosotros hacíamos ese trabajo con adultos, por lo que nos invitó a que trabajáramos con ellos con personas mayores. Esa persona es Valery Mealla, representante de la entidad inglesa HelpAge International hasta 2007.

Por esa época, a comienzos de los años 90, mi esposo tenía trabajo con personas que estaban a punto de su retiro laboral, entonces con estos amigos tomamos la decisión de vincularnos con Valery. En aquel tiempo no se hablaba de vejez ni de envejecimiento, era como si no existiera aunque ya se había dado la Convención sobre el Envejecimiento, en Viena en 1982 pero no se cumplió nada. Fue cuando con mi esposo empezamos a darnos cuenta de que estábamos envejeciendo y ello comenzó a ser tema de conversación en las reuniones, por lo que le concedimos muchas gracias a esa nueva edad a la que estábamos llegando.

AM.ORG: ¿CÓMO ES SU ´YO´ EN ESTE MOMENTO? ¿CÓMO SE VE VIEJA, PERSONA MAYOR?

MTU: Me veo realizada, útil, muy alegre como he sido toda la vida, me veo con mucha paz. Vuelvo los ojos hacia atrás y considero que nunca, nunca, hice un mal a nadie, ni siquiera por equivocación. Eso me gusta, veo mi infancia como algo realmente maravilloso de mucho amor, recorro mi vida y advierto una cantidad de errores que cometí, muchos, uno tras otro y cómo iba saliendo de ellos. La vida es una lucha fuerte. Y algo que parecerá raro -porque creo que no mucha gente lo pueda decir- y es que nunca he sido esclava del dinero. Razono que eso es muy agradable porque con Francisco solamente tenemos lo básico para vivir, ya que los dos trabajamos.

Pero eso es algo que no se lo aconsejo a nadie. A nosotros nos llegó la vejez sin mucha preocupación por el dinero y aunque nos da mucha tranquilidad en la vida, tal vez eso a otros sí les preocupe porque miran la vida de otra manera.

AM.ORG: ¿CUÁLES HAN SIDO SUS CLAVES PARA POTENCIALIZAR LA VIDA EN LA VEJEZ? ¿CÓMO SE LLEGA A LA VEJEZ CON TANTA TRANQUILIDAD?

MTU: Hay algo demasiado importante y es compartir la vida con el otro, con la gente, con la “otredad”, es de una riqueza increíble. Yo comparto mi vida con gentes muy diversas y eso representa un enriquecimiento permanente. Yo recibo mucha solidaridad y mucho cariño, pero bastante, y eso me hace feliz en el sentido de que muchas veces me despierto sonriendo al recibir manifestaciones de cariño a través del teléfono, de un detalle, al conocer de la superación de alguien a quien le he ayudado. Uno ve eso y eso es como una pasión. Las cosas pequeñas en la vida son muy valiosas.

AM.ORG: ¿QUÉ ES LO MÀS IMPORTANTE EN LA VEJEZ?

MTU: Tener proyectos, cuando descubrimos que tenemos potencialidades que estaban dormidas o que uno no sabía que las tenía. Yo conocí un campesino a quien le enseñé a leer y escribir hace muchos años y ese hombre se convirtió en un poeta, con qué manera de escribir, de decir las cosas, de interpretar el mundo. Ese fue un caso lindo, descubrir un campesino minero de Segovia, Antioquia, que escribía sobre la vida en una mina y sobre la naturaleza que lo rodeaba. Con grupos de mujeres con los que he trabajado y con las viejas nos contamos todo lo que nos hemos descubierto, y entre ellas hay mujeres que han descubierto cantidad de cosas que ignoraban que las tenían o potencialidades reales.

Cada día una se descubre más y es cuando se dice. “¡Uy, como que la vida no me va a alcanzar para poder hacer todo lo que encontré que podía hacer!”. Yo no le tengo miedo a la muerte, de ninguna manera, es lo más natural del mundo. Yo desearía vivir algo más de cinco años en mi vida, pero tampoco más; no quiero ser un estorbo para nadie, eso nadie lo quiere. No sé cómo me vaya a tratar la vida, pues hasta ahora me ha tratado muy bien. Tengo una salud casi perfecta pero quiero tener una vida normal. Ya pasé los 80 años. Si vivo esta década me sentiré muy realizada y muy agradecida.

AM.ORG: ¿CUÁLES CONSIDERA LOS PRINCIPALES VALORES QUE ALIENTAN LA VEJEZ?

MTU: La honestidad, que no solo alienta la vejez sino toda la vida de los seres humanos. Otros valores que nos inculcaron en la casa a los ahora viejos: la honradez, la lealtad en la amistad, en el amor, en el trabajo, en todos los órdenes de la vida, cosas que hacen de la vida algo maravilloso, si se practican, y que si no se alimentan durante toda la vida la persona no puede llegar a la vejez con tanta tranquilidad. Y hay que recordarles a los jóvenes que deben levantar a sus hijos con ese tipo de valores.

AM.ORG: SU OPINIÓN SOBRE LA PROLONGACIÓN DE LA VIDA POR MEDIOS ARTIFICIALES.

MTU: Estoy de acuerdo con no prolongar la vida innecesariamente. Estoy de acuerdo con la Eutanasia y la Ortotanasia; pero si uno tiene una desgracia en la vida y se le va a ir media vida ahí, lo mejor es terminarla, no vale la pena vivirla si no se está en buenas condiciones para vivirla.

AM.ORG: CINCO RAZONES POR LAS CUALES VALE LA PENA ASPIRAR LLEGAR A VIEJO

MTU: Hay muchas razones por las cuales uno quiere tener más vida, que se le prolongue un poco más, para poder plantear, conocer y hacer cosas. La vida es muy bonita muy linda. Razones personales: Una por las que espero poder vivir esta década es la de poder escribir mi último librito, quiero mostrar cómo ha sido el cambio de la situación de la mujer en los últimos cien años, mi experiencia y la experiencia de muchas otras mujeres en Colombia. Otra, tengo muchos deseos de muchas cosas, qué voy a hacerle, siempre estoy pensando poder volver a Paris. Hay otras no tan personales: quiero conocer a Colombia en paz, no me quiero morir dejando a Colombia como la he vivido desde que me conozco, porque desde que me conozco, desde que tengo uso de razón Colombia ha estado en guerra. Imagínese el día en que yo me esté muriendo y pueda decir: bueno conocí mi país en paz. También sueños, y es el sueño grande de la paz que creo se me va a cumplir junto con el del libro que también se me va a cumplir.

Y a fe que su sueño se le va a cumplir. Hoy María Tila Uribe forma parte del grupo de 12 mujeres colombianas, que a su vez hacen parte de la red global 1000 mujeres de paz. Por estos días ella viaja por algunas partes del país presidiendo una serie de conversatorios que buscan visibilizar el trabajo de las mujeres en las luchas sociales y en la defensa de los derechos humanos. El evento lo organiza el Centro de Formación de la Cooperación Española en Cartagena (CFCE).

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