ESPECIAL AURA LOPEZ

El sueño de muchas

Por 27 abril, 2017 octubre 20th, 2019 Sin comentarios

La frase aparece en una crónica del periódico «El Tiempo» acerca del reinado de belleza Niña Colombia, celebrado recientemente en Bogotá: «Ser reina es el sueño de muchas». Y más adelante, esta conmovedora anotación: «Desfilar con corona y cetro y mandar besos ocasionales es una fantasía para casi todas las niñas y por qué no, para algunas mamás». Nos quedamos sin saber si la fantasía de las mamás se debe al orgullo que les produce el triunfo de sus retoños, o a las emociones del concurso de la reina Madre, que se celebra paralelo al infantil.

Porque a este reinado en miniatura no le falta ninguno de los detalles del de Cartagena, incluidos chaperonas, edecanes, desfiles, entrevista privada con los miembros del jurado, ensayos. No faltarán, por supuesto, una que otra intriga o algún mal disimulado disgusto por decisiones que a la hora de la verdad dejan descontentas a algunas. Lo curioso es que en una sociedad como la nuestra, donde todos los días se hacen frases acerca de lo que debe ser una correcta educación de los niños, no aparece como contradictoria una competencia de belleza infantil, sino como una especie de gracioso entrenamiento, que inconscientemente surge de un enunciado ya sabido y asumido por el común de las gentes: como se trata de niñas -de mujercitas-, el deseo de ser elegida como la más bella y competir públicamente para lograrlo, es apenas un aspecto de su rol femenino, que debe ser alimentado desde los primeros años.

A salvo, por su corta edad, de ciertas desventajas propias de estos avatares, como las estrías, la celulitis, los senos caídos o unos glúteos no muy firmes, defectos que por fortuna la industria de la belleza corrige oportunamente, estas 26 candidatas se disputaron el reinado, que de ahora en adelante se denominará «Concurso nacional de talento, belleza y gracia infantil», otra lección aprendida de Cartagena, donde cada año se le revuelve a los temas tradicionales -busto, cintura, cadera, aficiones y planes para el futuro- una pizca de Beethoven, un poquito más de Botero o un tris de madre Teresa de Calcuta, para que no digan por ahí que se descuida el aspecto intelectual de las «niñas».

Hospedadas en el Hotel Plaza, las candidatas iniciaron los ensayos el mismo día de su llegada, y entre las actividades que cumplieron, figuran visita a la Casa de Nariño, a la Fundación Nuestra Señora de las Mercedes y a la Fundación Cardio Infantil para departir con los niños enfermos del corazón. Reinas perfectas. Como quien dice, el semillero de los futuros reinados de belleza, con entrenamiento temprano en materias tan importantes como dominio de la pasarela, diferentes tipos de sonrisa, etc.

La foto del periódico es elocuente: la niña exhibe una sonrisa fabricada de la misma manera que le fabricaron el cetro y la corona. No hay frescura en su rostro de hermosos rasgos. Ahora es solo una pose, pose de reina nacional de belleza infantil. Una aberración. La trivialización de lo femenino desde su raíz, que produce dividendos a los fabricantes de sueños, esto es, a los fabricantes de cosas.

La sociedad de consumo necesita, cada día, más mujeres con aspiraciones de reinas de belleza. Parece pues, acertado, comenzar desde la infancia. Y que vivan los derechos de la niña.

Publicado en diciembre 22 de 1993.

Compartir:

Déjanos tu opinión