Economía

Economía del cuidado: otra lucha feminista

Por 17 enero, 2022 2 Comentarios

La Mesa Economía del Cuidado Antioquia nació en el 2020 y es una propuesta que, desde la economía feminista, busca explicar, problematizar y transformar las desigualdades entre hombres y mujeres, a partir del análisis económico y de género de la vida cotidiana con relación al trabajo doméstico remunerado y no remunerado. 

Por Yurani Alzate

Las actividades del cuidado son un trabajo muy importante e indispensable para el bienestar de las personas, los hogares y la sociedad en general. Históricamente, las principales encargadas de realizar esa labor sin recibir remuneración alguna han sido las mujeres. Esas responsabilidades y el tiempo que dedican al hogar restringen notablemente la posibilidad de que puedan tener ingresos propios o de buscar opciones en el mercado laboral, de participar en la política y, al mismo tiempo, les quita la posibilidad de acceder a la protección social. 

Se le llama trabajo no remunerado al servicio doméstico y cuidado del propio hogar o de otros hogares que incluyen tareas como cocinar, mantener el vestuario en orden, la limpieza, compras y administración del hogar, actividades con menores de cinco años, apoyo a personas del hogar, cuidado físico y pasivo (estar pendiente), actividades de voluntariado, traslados relacionados… 

Cuando una mujer tiene que estar todo el día en casa cuidando el hijo discapacitado, estando atenta de sus medicamentos, llevándolo a citas, limpiando y organizando cada una de las habitaciones, mercando, cocinando para cuando las demás personas del hogar lleguen de trabajar o estudiar, lavando la ropa, planchando, etcétera.

Ese es el trabajo no remunerado y es un trabajo constante. Es una rutina para ellas, no pueden parar un solo día a descansar, ¿o qué pasaría si no se llevan a cabo las labores de limpieza en el hogar, si nadie cocinara y comprara los alimentos, si nadie organizara la ropa o cuidara a la persona enferma de la familia? 

Las mujeres colombianas dedican el doble del tiempo que el hombre a esas actividades no remuneradas. Aunque en Colombia existe la Ley 1413 de 2010​, cuyo artículo 2 plantea que la economía del cuidado es el trabajo no remunerado que se realiza en el hogar, hasta el momento no hay equitatividad entre hombres y mujeres. 

Debido al desconocimiento que la sociedad tenía frente a la Ley que comprende todo el trabajo no remunerado que se realiza en los hogares, comenzó desde el 2014 una juntanza entre mujeres que llevó a conformar en Bogotá La Mesa Intersectorial de Economía del Cuidado, con el fin de tener incidencia en todo el país, pero al analizar las particularidades de cada territorio, Andrea Londoño Sánchez, directora de Hablemos de Trabajo Doméstico, nos cuenta que en 2019 iniciaron con la conformación de la Mesa Economía del Cuidado de Antioquia: “El objetivo era articular las políticas públicas del cuidado a nivel local, no solo en Medellín, sino en todo el departamento”, dice Londoño. 

La Mesa nació entonces en febrero del 2020, y desde entonces, todos los primeros viernes de cada mes se reúnen para planear actividades de concientización sobre el tema del cuidado. “Legalmente no somos una veeduría, pero en el sentido general sí. Es decir, frente a la norma del cuidado, observamos, acompañamos y advertimos sobre posibles problemas”, afirma Andrea Londoño. 

Maribel Giraldo, una de las coordinadoras de la Mesa (rol que se rota anualmente), explica que en este momento son aproximadamente 25 instituciones del área metropolitana y algunas personas que participan a título personal. Todas ellas tienen un objetivo común: “posicionar la economía del cuidado como un camino estratégico y necesario para avanzar en derechos, democracia, desarrollo e igualdad de género”. 

Para participar en la Mesa de Economía del Cuidado de Antioquia se han determinado tres niveles: constante con voz y con voto; aliadas e invitadas, que son personas que nutren con investigaciones, posturas o actividades a nivel local y nacional el objetivo de favorecer la igualdad de género, el desarrollo y la democracia en este tema. De esta manera, según lo que ellas mismas analizaron, no se restringen las posibilidades de participación pero, al mismo tiempo, hay claridades frente a las personas u organizaciones comprometidas con las tareas cotidianas, la asistencia a los encuentros y otras actividades de la Mesa, mientras que también se identifican las personas que pueden aportar de otras formas, pero que no pueden o no quieren involucrarse de manera tan directa.

Para su funcionamiento, la Mesa se organiza en tres comisiones: generación de conocimiento, comunicaciones e incidencia política. Desde esos tres escenarios desarrollan acciones para avanzar en el debate, las investigaciones y hacerle seguimiento a la formulación del sistema de cuidado en Medellín y Antioquia. Así mismo, están creando estrategias para incidir en el sistema de cuidado nacional que, según Maribel Giraldo, es el que va más lento y tiene menos claridad en su enfoque para que sea efectivo. 

La Mesa tiene como eje las tres R: reconocimiento, redistribución y reducción. Primero le apuestan a que “el cuidado sea reconocido como un aporte al PIB que mueve la economía de este país”,  segundo, que haya transformación cultural en pro de la redistribución de las tareas en el hogar, y así lograr la reducción del trabajo no remunerado en las mujeres. 

La conformación de esta Mesa en Antioquia es un logro del movimiento feminista local y de muchas mujeres que se han hecho preguntas sobre la equidad en las actividades del cuidado, pues así pueden tener incidencia en las políticas públicas que trabaja el gobierno local y departamental con respecto a este tema. 

Por la pandemia, las integrantes de la Mesa tuvieron que buscar estrategias para continuar con los encuentros.

¿Qué dicen las cifras?

Entre mayo y agosto de 2021, según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (Enut)*, presentada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), persiste la desigualdad entre hombres y mujeres al realizar labores no remuneradas en el hogar. En este trimestre, las mujeres pasaron 7 horas y 22 minutos de su día en actividades de trabajo que no les generó ningún ingreso. Los hombres, por su parte, dedicaron 3 horas y 1 minuto a esas labores. Es decir, a la semana las mujeres trabajan 51 horas con 56 minutos en el servicio doméstico y cuidado del hogar, mientras que los hombres solo 21 horas con 7 minutos. 

Las mujeres trabajan sin recibir pago una jornada laboral más larga que la que establece la Ley: 48 horas semanales. “Nosotras le regalamos a la sociedad más de media jornada laboral. Si esto lo convertimos en dinero nos da que el sector del cuidado produciría al año el equivalente del 23% del Producto Interno Bruto (PIB) en Colombia”, afirma Andrea Londoño quien realizó un análisis a partir del último informe del DANE. 

Cocinar es la labor no remunerada que más realizan las mujeres en Colombia: un 79, 1% se dedican a ello, mientras que solo el 32, 1% de los hombres lo hace. En promedio, las mujeres destinan 2 horas y 6 minutos a esta labor y los hombres solo 1 hora y 2 minutos diariamente.

Otro hallazgo del informe realizado por el DANE que motiva a la Mesa a continuar su proceso, es el tiempo que las mujeres trabajan recibiendo pago. En promedio un hombre dedicó 8 horas y 49 minutos diarios trabajando por ejemplo, en una empresa donde cada mes recibe un salario por ello, mientras que la mujer destinó solo 7 horas y 23 minutos. 

Otro dato importante que reveló el Dane y que preocupa a las mujeres que hacen parte de la Mesa Economía del Cuidado Antioquia es que entre agosto de 2020 y agosto de 2021 “el 53,3% de los hombres participaron en actividades de trabajo comprendido en el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), mientras que únicamente el 29,9% de las mujeres participaron en estas actividades”. Cabe mencionar que el objetivo principal del SCN es presentar, de manera resumida y coherente, los flujos de producción, consumo y acumulación que se dan en un país durante un determinado período de tiempo.

Es  decir, si bien el Dane con esa información, “mide la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país y  además sirve como herramienta para la definición e implementación de políticas públicas”, es importante resaltar que, según Andrea Londoño, el Estado no reconoce que el 90,4% de las mujeres participan en actividades de trabajo no remunerado, mientras que solo el 63,4% de los hombres las realizan. ¿Acaso el trabajo que se hace en el hogar no es un aporte a la economía del país?. Sin contar que en muchos de los casos “las mujeres tienen doble jornada porque hacen tanto trabajo pago como no pago. Terminan el día trabajando 13 horas y media y los hombres 11 horas con 40 minutos”, dice el informe del Dane. 

“No se trata de que las mujeres dejemos de cuidar, se trata de que no seamos las únicas que cuidamos para poder realizar otras actividades y cumplir nuestros sueños de vida. Por eso son importantes las tres R: reconocimiento, redistribución y reducción. Mi llamado al Gobierno Nacional es para que impulse ese diseño del sistema nacional y local del cuidado para que sea integrador y articulador. Es muy importante que el Gobierno se apropie de este tema y genere recursos para las actividades del cuidado no remunerado”.

Andrea Londoño. 

Desde que su conformación, la Mesa Economía del Cuidado Antioquia tiene cuatro objetivos: el fortalecimiento interno de las integrantes de la Mesa para capacitarse y aprender sobre Economía del cuidado; la comunicación pública, para sensibilizar y posicionar el tema del cuidado; la integración con otras mesas del país, para aumentar la fuerza sobre la normatividad y el Gobierno Nacional; y el monitoreo y la incidencia sobre los sistemas locales de cuidado en Medellín y de Antioquia.

El trabajo no remunerado que realizan las mujeres en el hogar quizás pesa más en la economía de lo que pesan la industria manufacturera, el sector del comercio o el del transporte en Colombia. Debe verse como una base sólida para el funcionamiento del país “sin este trabajo no se puede pensar ni siquiera que la sociedad funcione. Es necesario medir y valorar el aporte del trabajo no remunerado a la economía, reflejarlo en las cuentas oficiales nacionales, hacer visible la distribución desigual del trabajo remunerado y no remunerado entre mujeres y hombres”. concluye Andrea. 

Si alguna persona u organización desea hacer parte de la Mesa puede escribir al correo mesadecuidadoantioquia@gmail.com 

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