Mujeres de Confiar

Deisy Johana Pavas Tabares: «Ver mujeres en cargos altos en Confiar nos inspira»

Por 16 agosto, 2018 octubre 20th, 2019 Sin comentarios

Por Cristina Hincapié Hurtado

Johana Pavas Tabares es asesora en la agencia Confiar del municipio de La Unión, Antioquia y su actitud, alegre y positiva, hace que cualquier persona que sea atendida por ella pueda sentir ese «calorcito de hogar» que, como dice, siempre se siente en Confiar.

Johana Pavas Tabares, como la conocen sus compañeras y compañeros, nació en el municipio de La Ceja, Antioquia, hace 32 años. Actualmente está casada, vive en La Unión y le encanta compartir tiempo con su familia. Además, subraya, es una apasionada de su labor en Confiar: «cuando uno ama lo que hace, los resultado son cosas positivas», y al parecer esta actitud frente a la vida y al trabajo la caracterizan, pues todos los días se levanta motivada y pensando que ese va a ser un día muy productivo. Eso es justo lo que le responde a su jefe cuando le pregunta ¿por qué ella es tan efectiva?, y sabe que parte de esta actitud la asume porque comprende muy bien la responsabilidad que tiene con las personas asociadas y ahorradoras, pues, como lo menciona, «si yo tengo un mal día eso es lo que voy a mostrarle a las personas que atiendo, y la gente no tiene por qué recibir eso. Entonces debo ir con la mejor disposición todos los días y dejar las dificultades a un lado». Para ella, como asesora de Confiar, el servicio es fundamental y la recompensa, que se ve en los resultados, tiene mucho que ver con el vínculo que establece con los demás, pues «si alguien se va feliz con la atención que uno le dio, va a volver y además nos va a referir a otras personas para que vayan a la Cooperativa».

A Johana le gusta montar en bicicleta y leer, sobre todo la prensa, pero definitivamente lo que más disfruta es pasar tiempo con su familia, porque la calidad de tiempo que tiene con ellos es un tema «sagrado». En su tiempo libre está con su esposo y sus papás, quienes viven en la Ceja; le gusta salir a caminar o a montar en bicicleta en los paisajes ricos en diversidad que ofrece el Oriente antioqueño y hacer un sancocho los domingos mientras juegan cartas y conversan. Ahora también invierte tiempo en la construcción de su casa, un sueño que, junto a su esposo, está haciendo realidad.

Estudió Administración de Empresas de la Universidad Luis Amigó y llegó a la Cooperativa hace seis años. La primera vez que llevó la hoja de vida a Confiar estaba en la Universidad y buscaba un lugar para hacer sus prácticas profesionales, pero en ese entonces no se dió la oportunidad. Hasta que un día del año 2012 la llamaron a decirle que había una vacante en Oriente y sin pensarlo dos veces, dijo que sí. En la entrevista le contaron que el cargo que estaba disponible era para el municipio de La Unión, y como ella vivía en La Ceja y viajaba a Medellín a trabajar, vio a la vez una oportunidad de estar más cerca de su casa. Además, desde pequeña siempre había querido trabajar en un banco.

Después de las pruebas de selección le dijeron que había sido elegida y todas las expectativas la llenaron de ganas de aprender. Dice que cuando llegó a la agencia de La Unión la acogieron con mucho gusto, pues «Confiar tiene algo muy particular y es el ambiente familiar, en cualquier agencia, se siente ese calorcito de hogar»; y esto hizo que el proceso de adaptación fuera muy fácil, lo que se logró también gracias a las compañeras de quienes recibió todo el apoyo y la ayuda para asumir los nuevos retos.

Actualmente es asesora en la agencia de La Unión, pero su deseo es seguir creciendo. El año pasado, por ejemplo, cuando su jefe, a quien ella siempre le ha dicho que «quiere hacer escuela en Confiar», se enteró que había una vacante de dirección en Guarne, la motivó para que se presentara a esta convocatoria. De este proceso no salió seleccionada, pero el jefe de zona, comprometido también con su avance y aprendizaje, le dió la responsabilidad de reemplazar a los directores de Oriente para que empezara a prepararse y en el futuro pudiera contar con las aptitudes necesarias para un cargo directivo. Ya ha realizado varios reemplazos, como el de la directora del Carmen de Viboral y de Caucasia, experiencias que recuerda con mucha gratitud, pues le dieron muchos aprendizajes. «Ahí he confirmado que en Confiar uno encuentra mujeres maravillosas, todas son muy dedicadas a lo que hacen». En Caucasia tuvo además  la posibilidad de participar en un proyecto social con niñas y niños, lo que la convence cada vez más de que la labor social que hace la Cooperativa es impactante y a afirmar que «cada vez se enamora más de Confiar».

«En Confiar se siente el calorcito de hogar»

En su labor como asesora, Johana acompaña a quien desea realizar una apertura de productos de ahorro y crédito, y tiene claro que lo más importante es atender las necesidades particulares; además, visita las empresas con las que Confiar tiene convenios de nómina para contarles sobre los beneficios que pueden tener las personas empleadas y sus familias. Poder compartir con la gente es lo que más le gusta de su trabajo, pues «cada quien es una historia de vida y te enseña algo, para tu vida laboral o personal».

La atención, dice, es muy importante para el reconocimiento que tiene Confiar en el territorio, no solo en La Unión sino también en los municipios aledaños que son visitados por asesoras como ella. Cuando van a estos lugares, a pesar de estar alejados de la agencia, escucha que la gente manifiesta no querer retirarse de Confiar porque «la atención es muy buena, porque están siempre disponibles cuando los necesitamos y vienen a visitarnos para hacernos seguimiento». Los campesinos de las zonas les dicen constantemente que les gusta ir a Confiar «porque los atienden muy bien» y porque sienten que la forma de relacionarse con ellos es cercana y amigable. Por ejemplo, recuerda Johana, en una capacitación que tuvieron hace poco, un ejercicio propuesto consistía en realizar un modelo de ventas, y allí descubrieron que desde el saludo era muy importante usar el lenguaje cotidiano de las personas asociadas y ahorradoras porque a «la gente de un pueblo le gusta que le hablen clarito». Además, en estos municipios se vive un ritmo menos acelerado que el de las ciudades, sus habitantes son más tranquilos e incluso, a la hora de abrir un crédito, establecen una conversación más íntima. «Las personas pueden venir a pagar un crédito pero primero nos saludan, nos preguntan cómo estamos, nos cuentan cómo van con sus vidas y preguntan, conversan sobre lo que les pasa, se abren más a la posibilidad de compartir y de hacer un diálogo ameno».

Aquí, las mujeres en Confiar han sido vitales. Para ella, todas son unas «echadas para adelante», que se le miden a los retos que la Cooperativa va teniendo y puede ver cómo su participación impacta «porque en la mayoría de las oficinas a donde uno va, se encuentra más mujeres». Además, menciona, «hay mujeres con cargos muy altos y que lo ejercen muy bien, y eso inspira. Es muy grato, porque cuando las veo, sé que también puedo aspirar a esa meta de llegar más allá. Además que en la Cooperativa nos dan la oportunidad de estudiar si queremos y de acceder a otros cargos».

Ella, que está todo el tiempo en relación con las personas asociadas y ahorradoras, se da cuenta también cómo impactan a las comunidades con las campañas que se hacen al interior de la Cooperativa, como la que se realizó el 8 de marzo con las gafas violeta, donde pudo ver que quienes visitaban la agencia se asombraban con la camiseta y las gafas violeta, y más allá de la admiración se acercaban a preguntar qué significado tenían. Y con la respuesta que ellas daban, «la gente ve que Confiar está comprometida con las mujeres y eso genera un gran impacto en las sociedad y al interior de la Cooperativa».

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