El liderazgo de Martha Cecilia la ha llevado a ser delegada de Confiar por el municipio de Sogamoso, más tarde de Tunja, luego de Bogotá y finalmente por Yopal, municipio del Casanare en el que reside desde hace 25 años. Esta es su historia.
Martha llegó a Confiar Cooperativa Financiera hace 22 años por insistencia de su madre, asociada fundadora de la oficina de Duitama, y no se arrepiente. Desde sus primeros años demostró su gran liderazgo y eso la llevó a ser delegada por primera vez en 1995 hasta finalmente ocupar el rol principal en el Consejo de administración, un lugar que ella se soñó: «desde el principio dije: no me voy de Confiar sin ser integrante del Consejo de administración», ya que considera que desde allí puede trabajar con mucha mayor incidencia por todas las personas asociadas a la cooperativa.
Martha Cecilia es contadora pública de profesión y hace más de 22 años la ejerce de manera independiente. Madre de dos hijos que siguieron sus pasos: su hija es economista y su hijo contador, como ella; recuerda cuando estaban pequeños: «mis hijos disfrutaron las actividades de Confiar como nadie, talleres de pintura y todo evento cultural que se programara, yo los llevaba».
Aunque es orgullosamente sogamoseña, tuvo que trasladarse al municipio de Yopal por cuestiones laborales. Allí ha trabajado «con esmero», en sus propias palabras, por conseguir un reconocimiento profesional que finalmente le han significado una larga y exitosa carrera.
También trabajó fuertemente porque la agencia Confiar local creciera, tanto en base social como en estructura física, y lo logró. Junto con sus compañeros y compañeras, consiguió que la oficina asociara más personas y se trasladara a una sede más grande con mayor visibilidad. Y desde ahí no ha parado de crecer.
Desde su llegada a la cooperativa, Martha ha sido delegada, fue integrante de la Junta de vigilancia local por 2 años, del Comité de administración por 3 años, de la Junta de vigilancia nacional y finalmente del Consejo de administración: «Tengo todos los productos con Confiar, mejor dicho, no me falta ninguno». Y es que a través de la cooperativa Martha pudo conseguir su vivienda e invertir en algunos negocios, sin contar con los beneficios sociales que ha disfrutado: «Mi mamá por ejemplo no se perdía serenata así fuera en Sogamoso o en Duitama, ella estaba ahí en primera fila».
Le gusta la palabra resiliencia porque se identifica plenamente con su significado: «Soy una persona resiliente. En mi vida me ha tocado empezar de cero y siempre con la convicción de que voy a salir adelante. Por eso creo en insistir, insistir y persistir, siempre con la confianza en mí misma». Tal vez por eso no dudó ni un segundo cuando Oswaldo, líder de la plataforma solidaria, la retó a conseguir quinientos nuevos asociados y asociadas a la oficina de Yopal, «antes le dije: ¿500? ¿Tan poquito?, y lo cumplimos».
«Yo a Confiar la quiero, me siento parte de ella y siento que cada vez que alguien conoce las cosas tan bonitas que hacemos aquí, también se enamora. Eso me hace sentir muy orgullosa y me renueva las ganas de seguir siendo parte activa del destino de la cooperativa que llevo en mi corazón».