El acceso sin barreras para las mujeres a la salud es un derecho humano que se conmemora cada 28 de mayo con el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, propuesto en 1987 por la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe RSMLAC.
Por Angie Carolina Cardona
Hablamos con Sara Fernández Moreno, docente de la Universidad de Antioquia, e integrante de la Red Latinoamericana de Género y Salud Colectiva ALAMES para indagar por la importancia de abordar los temas de salud con perspectiva de género. Sara manifiesta estar absolutamente convencida de que efectivamente los seres humanos vivimos, enfermamos, padecemos y morimos de forma diferente de acuerdo a nuestro género.
Para las mujeres «existen diferentes tipos de problemas en el acceso a la salud, como la distancia, los costos, la desatención o exclusión que genera que se manifiesten problemas de salud que son evitables si contáramos con sistemas de salud integrales, oportunos e indispensables para atender las problemáticas de salud de las mujeres» expresó Sara Fernández Moreno.
Determinantes económicos
Uno de los determinantes sociales que más genera desigualdades en la salud es el factor económico. A nivel mundial las mujeres son más pobres que los hombres, obtienen menos ingresos, tienen tasas más altas de desempleo e informalidad laboral, los hogares más pobres son de jefatura femenina y la mayoría desarrolla trabajos domésticos y de cuidado no remunerados. El Instituto Nacional de Salud indica que el nivel socioeconómico bajo se asocia con peores estados de salud, mayor morbimortalidad y peor acceso a los servicios de salud.
Una evidencia de cómo lo económico afecta la salud de las mujeres, está relacionada con la mortalidad materna que es un indicador clave de desigualdad en salud por razón de género, porque se genera por causas sociales y económicas y no biológicas. La Academia Nacional de Medicina de Colombia informa que cada año mueren cerca de 500 mujeres por causas relacionadas con su embarazo y su parto.
Al respecto Sara declara que «no hay ninguna justificación para que hoy en el mundo haya una muerte materna si el 99% de la atención a partos es institucional; adicionalmente el parto no es una enfermedad, es un proceso biológico natural, por lo tanto las muertes maternas son evitables». De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud el 99% de este tipo de mortalidad se puede prevenir, y el riesgo de fallecer es desproporcionadamente más elevado en los segmentos con más vulnerabilidad económica y social.
Las mujeres no atendemos las señales
Por otra parte, el cáncer de cuello uterino es la primera causa de muerte por cáncer entre mujeres de 30 y 59 años según el Ministerio de Salud. «En la mayoría de los casos, la causa de este tipo de cáncer es el contacto sexual con una pareja. Esta afección, junto con el cáncer de mama, presentan una serie de alertas prematuras y previas, que las mujeres no atendemos» dijo Sara Fernández.
Parece extraña la situación de la desatención de las propias enfermedades, cuando las mujeres son quienes más asisten a las entidades de salud; sin embargo ellas no van a que las atiendan, sino en calidad de acompañantes de los hijos, de los ancianos, de personas con discapacidad, e incluso son contratadas para ejercer estas labores de cuidado, manifestó Sara. «Las mujeres casi nunca atienden las señales, porque siempre están al cuidado de los demás pero descuidan la salud propia. La mayoría de estos cánceres son prevenibles si se descubren con tiempo, pero generalmente cuando se descubren ya es tarde».
También preocupa que hace más de 30 años se conoce que el cáncer de cuello uterino es causado en su mayoría por el VPH, sin embargo no existe ni un solo programa de prevención orientado a la salud sexual positiva de hombres y adolescentes, quienes son portadores del virus, pero no lo detectan porque es asintomático. Esto es una medida elemental pues es más económica que otras y ayuda a reducir sensiblemente las enfermedades de transmisión sexual, nos explicó Sara Fernández Moreno.
A las mujeres no nos pertenece nuestro cuerpo
Las mujeres expresamos mucho de nuestra subjetividad y emocionalidad a través de nuestro cuerpo, somatizando angustias, incluso buscando transformarlo o intervenirlo. Sara Fernández Moreno señala que «existe una prescripción social por la cual aprendemos que el cuerpo de las mujeres es para el disfrute de los demás, es decir, es decir es un cuerpo que no nos pertenece sino que en la mayoría de situaciones está dispuesto en función de las necesidades o gustos de los demás».
En términos de salud, llama la atención aquellas enfermedades que padecen las mujeres por trastornos alimenticios, se estima que aproximadamente el 90% de personas con desórdenes alimenticios son mujeres entre 12 y 25 años, esto como consecuencia de las inconformidades con la apariencia física que tienen las mujeres.
Otra situación preocupante sobre este mismo aspecto, es el aumento de las cirugías estéticas, que afecta la salud principalmente de las mujeres; de acuerdo con Medicina Legal, los fallecimientos por estos procedimientos aumentaron un 130% en los últimos años.
Ante este panorama estamos en una situación de riesgos para la salud de las mujeres que son 100% evitables, pero por estereotipos de género las mujeres generan ciertas conductas que son riesgosas para su salud, gracias a que el mercado explota un punto de la subjetividad femenina muy clave que es el inconformismo y la inseguridad que tenemos sobre nuestro cuerpo, añadió Sara Fernández Moreno.