Por Cristina Hincapié Hurtado
Hablemos de Flor, que cuenta cómo llegó a Medellín proveniente del Alto Baudó, Chocó, y cómo vivió su infancia extrañando a su mamá porque “el único trabajo que le resultó fue en casas de familia” y de 6:00 a.m a 9:00 p.m no la veían por la casa, ni podían contarle lo que les pasaba en el día. Seguramente Flor entendió esta situación, con dolor, cuando, siendo ella quien trabajaba en una casa para otra familia, le dijeron: “primero es el trabajo que los hijos”, al pedir permiso para salir temprano porque el niño estaba enfermo.
Hablemos de María, que con la fuerza que la caracteriza y con la voz llena de emoción recuerda que decidió no volver a trabajar como empleada doméstica, no solo porque no le gustó, sino porque “la señora”, además de no estar de acuerdo en que ella estudiara en la nocturna, le exigía entrar los domingos a las 9:00 de la noche, mientras María quería pasar una noche más con su hija, que estaba creciendo y la necesitaba.
Hablemos de ellas, las empleadas domésticas, mujeres que desde hace algunos años unen sus voces para hacer valer sus derechos y generar condiciones dignas para su trabajo y acabar con los abusos y las humillaciones a los que muchas se ven sometidas.
Hablamos con Andrea Londoño, una comunicadora social que nació en Medellín y que se especializó en comunicación política, enfocando su trabajo en el tema de la igualdad de género y cómo las estrategias en redes sociales pueden fortalecer estos movimientos. Andrea es fundadora y actual coordinadora del proyecto Hablemos de Empleadas Domésticas, de la Fundación Bien Humano, y miembro de la Mesa Intersectorial de Economía del Cuidado. No milita, pero se siente feminista y cree que “Colombia está viviendo una segunda oportunidad sobre la Tierra, con la desmovilización de las FARC”.
Hablamos con ella porque hace algunos días, La Pulla, de El Espectador, publicó en sus redes un video en el que, con todo su estilo y acompañada por Claribed y Gloria –que representan a las más de 750 mil mujeres empleadas domésticas de Colombia–, no solo nos contaron sobre los abusos y las humillaciones que ellas reciben, sino que también nos invitaron a informarnos y a conocer la reglamentación y los procesos necesarios para que entre todos dignifiquemos este trabajo que representa un importante eslabón en la economía de nuestro país y que debe aportar a la construcción igualitaria de ciudadanía que tanto deseamos.
Para Andrea, “siempre será importante oír lo que pasa con la vida de los seres humanos”, y “si bien las estadísticas nos ayudan a entender la dimensión de un problema, los números nunca pasarán por la piel, por el corazón o por la sensibilidad humana, que es la que nos mueve a cambiar las costumbres, las miradas y el trato hacia realidades como ésta”.
Empleadasdomesticas.org
Empleadasdomesticas.org es el sitio web del proyecto, “que desde 2011 publica cuentos, videos, investigaciones, obras de artes plásticas, películas y todo tipo de notas y legislación sobre los derechos de las trabajadoras domésticas”. Allí se resalta el trabajo doméstico como una fuente de desarrollo y se reúne la voz de las mujeres que dedican su vida a servir y cuidar la vida de otras personas.
Este proyecto nació en 2010. Andrea estaba terminando la especialización en Comunicación Política y había estudiado el fenómeno de la Primavera Árabe, en el que las redes sociales permitieron la visibilización de “las minorías”. Ella se preguntó si en un país como Colombia esto tendría el mismo resultado y, por su motivación de visibilizar y posicionar los derechos de las trabajadoras domésticas, buscó organizaciones que trabajaran en el tema, pues está convencida de que “los proyectos caminan más rápido cuando son en equipo y cuando tienen institucionalidad”.
Le propuso a la Fundación Bien Humano y a otras organizaciones, como la Escuela Nacional Sindical (ENS) –que en ese momento adelantaba una investigación con mujeres afro desplazadas por la violencia de Chocó a Medellín y que encontraban como única fuente de empleo el trabajo doméstico– que se unieran. Las evidencias de las investigaciones frente al abuso de los derechos laborales, sexuales, raciales y de género que sufrían estas mujeres los llevó a unir fuerzas para gestar este proyecto que hoy sigue vibrando con ellas. Con el tiempo, las mujeres formaron el sindicato Unión de Trabajadoras Afro Colombianas del Servicio Doméstico, UTRASD.
El proyecto tiene cuatro frentes de trabajo. El primero, la pedagogía con las empleadas, para que conozcan sus derechos y pierdan el miedo a hacerlos cumplir. En esta tarea cuentan con el apoyo de la ENS y UTRASD. El segundo frente involucra a los empleadores, pues de ellos también depende que el trabajo doméstico sea digno y que las mujeres, por lo general pertenecientes a grupos sociales vulnerables, ganen calidad de vida y no al contrario. El tercer frente involucra al Gobierno para que la legislación no sea letra muerta, sino que se vele por el cumplimiento de los derechos. El cuarto es el trabajo con medios de comunicación para que ayuden a difundir la voz de estas mujeres, las leyes y las vías que llevan a la legalización de este trabajo.
Para Andrea, las TIC siguen siendo una herramienta clave para cerrar la brecha que aún separa a este sector laboral de los demás en Colombia, y en ese sentido reflexiona sobre la tramitología en Colombia, que desestimula la formalización del empleo. “Tenemos que ser creativos frente a esa tramitología para flexibilizar la formalización del trabajo doméstico y esto necesita pasar por las ayudas tecnológicas. No tiene sentido que hoy tengamos tecnología para mandar cohetes a la luna pero no para vincular a una trabajadora doméstica a una caja de compensación familiar, a los servicios de salud y de jubilación de manera rápida y sencilla”, concluye.
La ENS, la Fundación Bien Humano, UTRASD y otro par de sindicatos aliados vienen haciendo un gran trabajo de incidencia política con el Ministerio del Trabajo para impulsar el convenio 189 y esperan que una vez visibilizado se pase al cumplimiento de derechos. “Se están buscando herramientas que permitan la contratación a través de las TIC, inspecciones del Ministerio de Trabajo en las casas para conocer diagnósticos e indicadores de las dificultades de los empleadores para el cumplimiento de la ley y para que se sancione a los que no la están cumpliendo, además se necesitan campañas de divulgación y sensibilización del trabajo doméstico”, pero sobre todo se necesita que cambiemos nuestra mirada a esta labor que no es de servicio sino más bien de cuidado, que veamos las historias que hay detrás de estas mujeres que en muchas ocasiones no pueden vivir sus vidas ni disfrutar de sus familias por cuidar de las de otros y que reconozcamos en este trabajo el valor y la dignidad que todo trabajo tiene.
Usted puede conocer esta iniciativa a través de sus redes:
Twitter: @empleadas_hogar
Página web: http://www.trabajadorasdomesticas.org/
Canal en YouTube Hablemos de Empleadas Domésticas:
Enlaces:
OIT