Cultura

Masculinidades: ¿Qué hay de nuevo, viejo?

Por 15 agosto, 2019 octubre 17th, 2019 Sin comentarios

Imágenes tomadas del sitio web del colectivohombresymasculinidades.com

Las llamadas nuevas masculinidades han surgido para cuestionar aquellas formas tradicionales en las que la cultura occidental, les ha propuesto a los hombres una manera de ser, y como respuesta a las consecuencias negativas que estos roles ampliamente difundidos han traído para la sociedad en general y para los propios hombres.

Por Sandra Valoyes Villa

¿De qué consecuencias estamos hablando? De la dificultad de muchos hombres para revelar emociones o debilidades, de su ausencia en la crianza de hijas e hijos, de la poca participación en el cuidado propio y de otras personas, de una exigencia de la fuerza como símbolo de virilidad.

A esto se suman los lugares de privilegio que han llevado a la dominación de los hombres hacia la naturaleza, la cultura, las sociedades y en estas, a las mujeres; privilegios que la mayoría de las veces se han expresado en violencia. Ya lo decía el sociólogo Pierre Bourdieu (1999) que «ser un hombre es, de entrada, hallarse en una posición que implica poder».

Pero, ¿qué tan nueva es esa forma de desarticular esta masculinidad nociva? Los referentes en la historia occidental datan del siglo XVII, cuando el filósofo Poullain de la Barre difunde, entre otros, el texto: «Igualdad de los dos sexos, discurso físico y moral donde vemos la importancia de deshacernos de los prejuicios» (1673). O en el siglo XVIII, también conocido como el Siglo de las luces, el marqués de Condorcet, Marie-Jean-Antoine Nicolas de Caritat, demuestra su apoyo decidido por el voto femenino en el periódico francés de la época, el Journal de la Société, al publicar razones para la admisión de las mujeres en el derecho de la ciudadanía.

En la izquierda Poullain de la Barre, en la derecha el marqués de Condorcet.

Sin embargo, los estudios de hombres o masculinidades son de tiempos más recientes, se ubican en el auge de los estudios de género entre las décadas de los setenta y noventa del siglo XX. Un libro pionero en la presentación del tema desde las experiencias de los hombres fue: «La fabricación de los machos» (1975) de Georges Falconnet y Nadine Lefaucheur, donde se consigna que «la virilidad es un mito terrorista. Una presión social que obliga a los hombres a dar prueba sin cesar de una virilidad de la que nunca pueden estar seguros».

Hemos escuchado diferentes conceptos para nombrar las experiencias de los hombres por desarticular aquella masculinidad dominante: nuevas masculinidades, masculinidades alternativas, masculinidades no hegemónicas y hasta masculinidades híbridas; todas ellas se configuran como una opción a esas viejas maneras de enseñanza de la masculinidad tradicional, ya obsoleta, de la que han quedado hombres y sociedades en crisis.

Javier Omar Ruiz Arroyave, cofundador hace 25 años del Colectivo hombres y masculinidades de Colombia, nos explica que todas estas formas de denominar hacen referencia a «categorías que responden a experiencias de trabajo crítico y se nombran dependiendo de los enfoques teóricos que tengan a la mano las personas que están dirigiendo los procesos, y de características de los mismos grupos».

Imagen tomada de: colectivohombresymasculinidades.com sobre un taller realizado en el caribe colombiano.

En ocasiones pareciera que no hay consenso, pero en donde hay marcadas coincidencias es que en estas prácticas se encuentran oportunidades de hacer conciencia de la enseñanza recibida sobre lo que es ser hombres en la cultura frente a la sexualidad, la salud, las maneras de relacionamiento con otras personas, la familia, las mujeres y otros hombres, oportunidades que permiten reevaluar o deconstruir roles obsoletos y muchos privilegios.

«Nuevas masculinidades es una categoría que ha funcionado para iniciar con grupos, es posible ser un hombre diferente, nuevo, pero en la medida en que se va analizando más, no es sólo hablar de los colores, de barrer en la casa, de cargar a los hijos, sino ser más alternativos, por ejemplo, en la medida en que es mucho más claro acompañar las luchas de las mujeres» dice Javier Omar Ruiz Arroyave, quien además es Licenciado y posgraduado en Educación.

Por ello, el educador y el Colectivo de Hombres y Masculinidades propone el uso del término Masculinidades liberadoras «para dar a entender que hacemos parte de la lucha feminista y de las distintas causas liberadoras de América Latina, de campesinos y campesinas por su tierra, de las mujeres por su libertad, justicia y por su vida, de los jóvenes por la búsqueda de oportunidades. Buscar esa perspectiva nos permite liberarnos del patriarcado y de todas esas opresiones que tanto nos maltratan».
No hay un solo camino de construcción de masculinidades alternativas, nuevas o liberadoras, las iniciativas corresponden y dependen de determinados lugares, momentos históricos y contextos, por ello para el caso colombiano, un país que ha vivido conflictos bélicos casi desde su constitución como nación, las masculinidades no hegemónicas se han construido a partir de la generación de hombres de paz.

Por ello el profesor Javier Omar concluye que «es necesario deconstruir o replantear las masculinidades del hombre guerrero, del que es más feroz para ser hombre, del que entre más haya matado es más héroe. Las masculinidades alternativas, las liberadoras y aún las nuevas masculinidades pasan por la paz, por la paz con uno mismo, con las mujeres, la sociedad y la tierra».

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